Arte Visual
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Palacio de los Morlanes - Zaragoza








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EXPOSICIÓN SINESTESIAS
IAACC. Museo Pablo Serrano.




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Es tiempo de memoria. Las Trece Rosas. Monumento escultórico en la Glorieta de las Trece Rosas. inaugurado por el alcalde de Zaragoza. 2016. Coordina Pilar Catalan. Colabora Erial Ediciones, Patrocina Ayuntamiento de Zaragoza.
Audiovisual. Las catorce Rosas- 2024. Organiza Pilar catalán y Ateneo republicano. Colabora Erial ediciones.
AUDIOVISUALES























Coreografía 555 hace referencia a la Geometría sustentable con el cubo como protagonista, rechaza la estabilidad del mismo y lo inscribe en una rueda que gira sin cesar y lo dota de movimiento, rechazando así la descripción de seguridad vinculada al hábítat del ser humano, en la propuesta todas las percepciones son posibles y en ellas la espiral desafía lo lineal. Interviene la numerología en este caso el número 5, dígito vinculado al lema “Pienso, acciono vivo” Cinco son nuestros sentidos, cinco los dedos de las manos y de los pies, 5 es el único número primo que tiene una suma consecutiva de dos números primos que son 2 y 3. El vídeo investiga sobre “La Geometría sustentable” como fuente de vida, patrones y proporciones,símbolos y códigos con los que se cincela.
















F.M.PILAR CATALÁN: una poética entrópica feminista expandida
Por Margarita Aizpuru
Pilar Catalán, es una artista visual de larga y contundente trayectoria, nacional e internacional, fraguada a lo largo de los años. Desde que se marcha a Madrid, de su ciudad, Zaragoza, para estudiar Bellas Artes, a mediados de los años sesenta, adentrándose en el arte y la literatura, no ha parado y ha estado completamente activa en el territorio artístico, el activismo y la teoría feminista, la investigación y la praxis creativa experimental, además de la gestión artística y en el territorio de la escritura.
Artista multidiciplinar, su trabajo visual se ha venido desenvolviendo en el grabado, la pintura, los medios digitales, el videoarte y la poesía y sus expansiones visuales fundamentalmente, asi como en la teoría y crítica de arte, escribiendo textos y artículos para revistas y publicaciones.
Integrada en las vanguardias artísticas más experimentales de fines de los años sesenta en Madrid, desde el accionismo a las artes conceptualistas y experimentales, va pasando por distintas etapas evolutivas, mientras continúa con su práctica pictórica y de grabado hacia el empleo del ordenador y las nuevas tecnologías, desde perspectivas conceptualistas, feministas y mestizajes pictórico-electrónicos.
A partir de los años ochenta cambian de entorno habitacional, viviendo periodos en el sur de nuestro país, en lugares como la Antilla, Huelva, en los años ochenta, y Almería, desde el 2014 al 2016 en la que realizará el proyecto Posidonia oceánica, que mostrará en el 2014 su primera fase en el CDAN (Centro de Arte y Naturaleza) en Huesca y la segunda y tercera fase en el 2018 Palacio de Morlanes en Zaragoza.
Si bien desde los años setenta se verá involucrada en los planteamientos feministas, será a partir de los años ochenta, y sobre todo de los noventa, en los cuales explora las narrativas que vinculan feminismo y arte, haciendo uso de perspectivas de género, así como las nuevas tecnologías aplicadas a la creación de imágenes.
Desde mediados de la década de los dos mil se acerca, por un lado, a los planteamientos de la teórica feminista multidisciplinar norteamericana Donna Haraway, autora, de diferentes ensayos, como el Manifiesto cíborg (1983), y, por otro, muestra su interés por el que ha dado en llamarse el feminismo de la diferencia, aquellas basadas en las diferencias entre hombres y mujeres, las biológicas como las culturales, y el interés en buscar la igualdad no mediante una homologación igualitaria de los géneros, aunque si la jurídica, social o económica, sino mediante el reconocimiento y otorgar valores positivos y generalizables de las diferencias que aportan la identidad femenina otra, no la clásica y tradicional, construida esta desde el patriarcado.
Pilar Catalán muestra gran interés en la autora norteamericana y en las confluencias interseccionales en las que su trabajo se centra entre ciencia, tecnología, historia, biología, naturaleza, cultura, política y feminismo, y sus planteamientos fundamentales para nuevas corrientes feministas, como son también los estudios ciberculturales y lo que vino en denominarse, años más tarde, posthumanismo. No obstante, nuestra artista hace uso de planteamientos mixtos o fusionados, entre esta influencia y referencia teórica, como en
los planteamientos feministas de las teóricas feministas de la diferencia, entre las que encontramos a las francesas Hélène Cixous o Luce Irigaray, que otorgan gran protagonismo al cuerpo como fuerza semiótica creadora. Pero también se pueden encontrar influencias ecofeministas e, incluso, de performers feministas de los años sesenta a los ochenta, por la influencia del cuerpo de la mujer y lo accionado en sus obras, sobre todo en las obras digitales y de videoarte.
En este último ámbito artístico visual, el del videoarte, y en particular en su apartado de videocreación, Pilar Catalán ha venido desarrollando unos importantes, originales y sui generis trabajos, como los tres últimos en los cuales ahora nos centramos: El primero, El origen está en lo femenino, que fue seleccionado en la 20 edición de la Feria de Arte Internacional de Venecia, (2024), y que está en relación con el poemario de la artista, La Génesis. El origen está en lo femenino, habiendo, incluso, formado parte ambos de la performance Mixtura, que se incluyeron en una mesa de presentación y lecturas de poemas de Pilar Catalán, en el IAACC, Museo Pablo Serrano, en el pasado año 2024. El segundo, Gramatología en un espejo, seleccionado, en este caso, para la undécima edición de la Feria de Arte Internacional de Roma, de 2024, otorgando protagonismo a la escritura que se fusiona con las imágenes, desde ópticas deconstructivas del logofalocentrismo. Y el tercero, Coreografía 555. Geometría sustentable, video seleccionado en Itsliquid International Art Fair de Londres (2024), en el cual toma al cubo como geometría central de la pieza, dotándolo de movimiento, desestimando su estabilidad, cuestionándola, como ocurre en la vida, a la vez que se refiere a la numerología y sus significados simbólicos.
El primero de ellos, El origen está en lo femenino, es una videocreación en relación a un poemario de la artista, en una línea de trabajo en varias direcciones de intereses. Por un lado, un territorio en el que indagar en la palabra, que, partiendo del texto poético se expande hacia la visualidad de la imagen en movimiento, traspasando las fronteras en las que la palabra, sea oral o escrita, se encuentra habitualmente ubicada. La palabra se desliza hacia la imagen, como una extensión de un área creativa a otra, con continuidad, dúctil y flexiblemente, mezclándose, fusionándose.
Por otro lado, nos habla de la mujer y lo femenino, de identidad de género. De la mujer como creadora, en su múltiple sentido, de vida, de arte, entrelazando los mitos femeninos del pasado con las nuevas identidades femeninas del futuro. Haciendo uso de su propio rostro y cuerpo, enfundada en unas gafas oscuras que ocultan su mirada, nos lo muestra, a modo de introducción del video, multiplicado, como ofreciendo metafóricamente la posibilidad de identidades múltiples o flexibles, que se encuentran y fusionan, y también por la igualdad de los múltiples seres humanos, que no la uniformidad, sean hombres o mujeres, de diferentes razas, sexos o culturas, abogando por la pluralidad, la diversidad y la heterogeneidad que rompen esquemas dualistas rígidos y separados patriarcales jerarquizados.
Nos introduce en una particular gramática visual, gráfica y sonora en la cual las grafías, los trozos de letras, los trazos previos a ser conjugados, muestran una nueva narrativa que espera a ser compuesta, y está todavía balbuceante, mientras se entremezcla con manos diversas, las de la autora y otras, que trazan, a su vez, signos y símbolos, algunos feministas, mientras ofrecen su presencia o realizan gestos creadores.
Dibujos de naturalezas y de azules, que evocan líquidos y cielos primigenios se suceden, para mostrarnos la frase “ Ellas volvieron de la eternidad”. Mientras formas acuosas, curvas y envolventes ofrecen poemas de mujeres antiguas que se liberan, a la vez que formas y colores, provenientes de fusiones con ingredientes de naturalezas primigenias de fuerzas femeninas y de construcciones y gramáticas electrónicas, son recorridas, de vez en cuando, por poemas y afirmaciones que nos remiten a fusiones de evocaciones de mujeres sabias antiguas, del fondo de la historia, sus representaciones y mitos, y la representación de la identidad genérica, entre lo femenino ancestral y las nuevas ciborgs.
Mientras fragmentos de cuerpo y de rostro de mujer, embebidos dentro de ese lenguaje fusionado, entre lo natural y artificial, entre formas naturales y digitales, evocan a un feto fusión entre lo humano y lo maquinal. Y luego la naturaleza, la vegetación, el agua, se superpone a imágenes digitales electrónicas. A la vez que sonidos de voces de mujer salidas de lo más profundo del cuerpo y del espíritu, se mezclan con sonidos electrónicos. Para preguntarse “ ¿quién eres tú? ¿Dónde están ellas?.......¿Ni vivas ni muertas! ¿Quiénes somos?”, que nos recuerda y hace reflexionar tanto sobre la invisibilidad patriarcal de las mujeres y sus aportes históricos, como sobre la construcción androcéntrica de las representaciones de las mujeres y de la feminidad estereotipada y simbólica y la necesidad de deconstruirlas y auto-construirnos desde nuestras propias perspectivas, necesidades y libertad no sujeta a imposiciones.
Estos enfoques e intereses también están presentes en la videocreación Gramatología en un espejo, como puede observarse en el inicio del video, donde ya se nos anuncia las intenciones deconstructivas de las narrativas logofalocentricas, tanto en lo relativo al falo patriarcal, como a la centralidad única del logo. Un logo basado en una razón y lógica androcéntrica y machista y en la primacía de la razón sobre la pulsión, que ella aboga por romper, complejizando el conocimiento, las fuentes del saber y la construcción del lenguaje y de lo artístico.
Añade, a su vez, perspectivas constructivas de narrativas feministas, sobre todo ecofeministas, mientras emergen nuevas formas en una visualidad en la que se combinan los trazos y líneas, de colores planos, que se multiplican y reiteran, añadiendo estructuras, a modo de celdillas o placas de circuitos electrónicos, que nos recuerdan tanto a como hacen las células al crecer, multiplicándose, reproduciéndose, a la vez que a la construcción artificial, en tanto que maquinal como cultural, tanto del lenguaje, como de nosotrxs mismxs, y a la fusión entre naturaleza y cultura, entre humanx y máquina.
Sus alusiones a estos mestizajes ente natural y artificial, así como sus referencias explícitas a la ciborg, en los dos vídeos anteriores, la conectan con los planteamientos de Donna Haraway, una de sus referentes teóricos feministas, quien tras su "Manifiesto Cyborg"(1983), y otros textos posteriores, efectúa una crítica al enfoque dualista imperante que separa lo humano de lo animal, la natural de lo artificial, la naturaleza de la cultura, la realidad de la ficción, o las identidades estereotipadas femeninas y masculinas, entre otras dicotomías, proponiendo el-la ciborg como un símbolo de la unión de todas ellas, un ser híbrido de máquina y humanx que supera las dualidades identitarias construidas desde el patriarcado.
Un-a ciborg que simboliza pues la unión, o fusión, de esas dualidades, siendo un híbrido entre máquina y organismo humano, rompiendo los límites entre lo natural y lo artificial, lo real y lo virtual y entre las identidades esencialistas, proponiendo unas categorías de género más fluidas y experimentales.
Así mismo la artista Pilar Catalán, siguiendo la estela de la citada Haraway, enuncia la construcción de un lenguaje que rompa esas dualidades, que no sea ni esencialista ni dualista y que salga de la razón y la lógica como sus únicos integrantes e incluya la experiencia, las sensaciones, la imaginación, el deseo y las ficciones imaginarias, así como las innovaciones y fusiones entre lo natural y tecnológico.
Así, todo esto, es algo que podemos observar en sus videocreaciones, en esa conjunción entre construcciones visuales electrónicas, en las cuales las imágenes digitales planas se superponen a fragmentos de video de la naturaleza, del agua, la tierra o la vegetación. Mientras unas manos, las de la artista, tienen una fuerte presencia protagónica en determinados momentos, tanto en cuanto a sujeto creador, ella, como a la aún, hoy por hoy, presencia del cuerpo humano, del de la mujer, como fuerza creadora, que es invadida por imágenes electrónicas que se superponen a sus manos, a su piel. Unas imágenes que se combinan con otras redondeadas, acuosas, entremezclando lo nítido con lo borrosos, entre lo que sabemos y lo que está por descubrir y saber, entre la memoria, el sueño y el deseo.
Finalmente, la tercera videocreación, Coreografía 555. Geometría sustentable, cuyo inicio de la presencia de la artista repetida, en cuanto a esa multiplicidad y flexibilidad identitaria, es idéntico a la videocreación El origen está en lo femenino, a modo de carta de presentación de intenciones. Y, además, ya desde el inicio, la afirmación de la importancia, aquí, de un tipo de geometría, la sustentable, basada en la numerología, con protagonismo del número 5. Un número que se vincula a los sentidos y al cuerpo, son cinco los sentidos humanos, cinco los dedos de pies y manos. Pero también un número con una rica y amplia simbología asociada a la libertad, la flexibilidad, el cambio, la curiosidad, la aventura, a la unión de la dualidad y la apertura a nuevas posibilidades, el descubrimiento y el deseo de vivir, así como la armonía. En cinco es la suma de dos y tres y se sitúa en el medio de los nueve primeros números, como símbolo de intersección, armonía y equilibrio. Para los pitagóricos el número cinco, como geometría del pentágono, como estrella de cinco puntas, era esencial, incluso como plasmación gráfica de la proporción áurea, y ejemplo de un nivel elevado del número pi. Un pentágono estrellado que ha sido objeto de meditación por los pitagóricos, quienes lo llevaban tatuado en su cuerpo. Figura pentagonal que alude, además, morfológicamente, a la naturaleza, a las flores de pétalos dispuestos con formas pentagonales, o a determinadas formas de hojas y de semillas, e incluso algunos animales, como la estrella de mar. También como símbolo de la unión del cielo y la tierra, del orden divino, y de la integridad humana. El pentágono, suma del uno y del cuatro, es, además, símbolo del equilibrio entre la materia y el espíritu.
Una “coreografía del cinco” reiterado que se conjuga con los significados de la geometría del cubo, en el cual, además, se centra esta videocreación. Un cubo compuesto geométricamente por seis caras cuadradas y que representa la solidez, lo invariable, lo firme y la simetría volumétrica, ya que el cubo, a diferencia del cuadrado, existe en el terreno de los volúmenes. Sin embargo, esta solidez, firmeza e invariabilidad es rota por la artista al dotar de movimiento al cubo, cuestionando su estabilidad y solidez, haciéndolo girar, inclinándolo, transformándolo, llenándolo y vaciándolo, haciéndolo sólido o etéreo, en diferentes momentos. Un cubo en transformación y fluidez, cambiante.
Y de nuevo las manos, a veces enguantadas, asépticas, y otras veces no, naturales, que tocan y mueven formas y materiales, que se mueven con un pincel con creatividad pictórica simbólica, que introducen en sus acciones cables en el cubo, como metáfora de comunicación, de luz, de lo digital y electrónico. Manos que tocan y mueven objetos, piedras, libros con grafías, telas, superficies, todos ellos con carga simbólica y significante. Y el cubo, bien como dibujo, rodeado de escritura de textos antiguos, de otras culturas, bien transparente, como contenedor de algunos de estos elementos, que mete y saca, o que superpone, pero también como geometría sólida y contundencia desestabilizada, fluidificada, flexibilizada.
En definitiva, unas videocreaciones en las que, desde ópticas feministas, de influencias posthumanistas y ecofeministas, y en las que confluyen fuentes y medios artísticos de diversa procedencia, desde los más manuales, como la pintura, a los digitales y electrónicos, en los que otorga gran importancia al sonido, en alguno de ellos, experimentando con él, y nos habla del lenguaje, tanto el visual como de la escritura y de la voz. Unas palabras, deconstruidas, a veces poéticas, o fragmentos de poemas, a veces en gestos, trazos, en una experimentación de una nueva lengua que sale tanto del conocimiento, como de la experiencia, de la mente, pero también del cuerpo, de la imaginación y del deseo, de lo más profundo de los orígenes femeninos antiguos, a los presentes-futuros de las nuevas ciborgs que se avecinan. Trazando así una expansión de la palabra a la imagen, del logos al cuerpo, de la razón a la imaginación y el sueño, en una fusión de dualidades que rompen sus diferencias y jerarquías. Y todo ello en un recorrido desde un pasado remoto femenino a un futuro híbrido, entre mujer y máquina, en el que se concentran, un tiempo circular y entrópico.



